
Últimamente me da por los bizcochos, son fáciles de preparar, con poco margen de error y son estupendos para tener en la recámara cuando nos entra el hambre después de haber cenado y/o en cualquier momento, qué os voy a contar…
Ésta receta se trata de un bizcocho típico japonés que se prepara con azúcar, harina, huevo y sirope de almidón (que he sustituido por miel) pero que fue llevado allí por mercaderes portugueses.
Es un bizcocho que queda muy suave, aireado y esponjoso y que se presenta en trozos alargados cortando la corteza de los laterales, dejando la de arriba y abajo.
Fácil de hacer, suave y rico; espero que no haga falta mucho más para convencerte de que lo hagas en casa.
Ingredientes:
4 huevos (separa las claras de las yemas)
50 ml de leche entera
100 gr de harina normal
100 gr de azúcar
1 cucharada de miel
1 cucharadita de esencia de vainilla
Comienza batiendo las claras a punto de nieve, cuando empiecen a espumar añade el azúcar poco a poco y sigue batiendo hasta que formen picos firmes. Después añade las yemas, una a una y mezclándolas bien para que no se bajen las claras y con cuidado con la ayuda de unas varillas manuales.
Una vez las yemas están integradas, añade la cucharada de miel y la vainilla y mezcla bien hasta integrar.
Añade después la harina tamizada en dos veces, integrándola bien en la masa y con cuidado, una vez que tenemos toda la harina mezclada, añade la leche; quedará una masa ligera y suelta.
Yo he utilizado un molde cuadrado y pequeño, pero puedes elegir el que más te guste. Engrada el molde y pon papel de hornear en el fondo y lleva al horno precalentado a 180ºC cuando lo metas en el horno baja la temperatura a 160ºC y hornea durante 40 minutos o hasta que al introducir el palillo salga casi limpio, con algunos grumitos, ya que si sale limpio del todo, estará demasiado seco.
Espera a desmoldar al menos 15 minutos y ¡listo!
Espero que lo hagas en casa, ¡muchas GRACIAS por pasarte por aquí y leerme!